domingo, 6 de noviembre de 2011

Espuma

Dame algo que empiece real y no me des guerra. El jabalí observa como el cabronazo eres tú, y aunque se que no quieres oírlo; Chernóbil también eres tú. Nos vamos sin pagar. El marinero entra en el baño cuando el barco estaba zarpando. Los primeros fueron una mierda, lenta y aburrida, pero luego lo pasamos bien. Antes coge las desplegables y plantante delante del garaje planeando las píldoras de pasado mañana. Todo gira bajo charcos, pero no vas a llegar a la azotea y todo porque el enano Oscar no te va a dejar que profanes un rincón tan bonito con tu insultante corrección sexual, y sabes que aunque se ofrezca a acompañarte el plan no era ese. La rasgada confesó que no debías comer su sushi. Sube y comparte tus ojos ya experimentados con la fraternidad del franco abandonado, aunque luego se chive el muy marica, y además te persiga al baño por si dejas un arañazo, galos... No sonó ceremony en versión de joy division pero la china confesó e insisto en que el jabalí observaba tenaz. Tras la nieve llegó el retiro.  Inesperado, inapreciado y simplemente perfecto.


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